¡Ale! ¡¡¡A currar!!! Y así, al volver a casa, podremos disfrutar de un toque de queda que, básicamente, limita nuestro tiempo libre, afecta a nuestras relaciones sociales y, de paso, deja en la cuneta a decenas de miles de personas entre restauradores, actores, músicos, autónomos y ¿emprendedores?… Se ve que el virus es selectivo y no ataca en horas punta, solo por la noche.
Que nadie venga ahora con que hay que combatir la pandemia. Por supuesto. ¿Pero sólo ésta? ¿Y la del hambre, la de las pateras, la de los suicidios, la de los desahucios, la del paro, la de la pobreza…?
Todo esto sucede a la vez que se desmantela lo que era un gran modelo de sanidad pública hasta hace pocos años. Lo mismo sucede con las pensiones, a las que se les ha dejado en cueros vaciando una hucha de más de 60.000 millones de € que no les pertenecía y que no devolverán; lo mismo que sucede con el famoso «prestamo» para «rescatar» a la banca. Demasiado gordos ambos pasteles para que no quieran beneficiarse solo unos cuantos, de ahí las privatizaciones encubiertas para engordar a unos cuantos amiguetes, que irán engrasando la puerta giratoria para cuando llegue el momento de devolver el favor.
Mientras tanto, cerca de 30.000 millones de €uros se dedican cada año a la puta mierda del negocio de la muerte que es el ejército. Y más de 10.000 millones a mantener una secta religiosa cargada de prebendas y ladrona de lo público.
Menudo ensayo general de dominio de masas están llevando a cabo los amos del mundo, moviendo a sus políticos-peleles en la dirección que les conviene.
