Casi la mitad de la población de Eslovaquia ha acudido de forma voluntaria a realizarse la prueba del COVID-19 el pasado sábado. Unos 2,58 millones de personas acudieron a hacerse el test que ha dado resultados positivos en el 1% de los casos, un total de 28.850 personas.
Todos estaban llamados a hacerse la prueba de manera voluntaria, salvo los menores de 10 años. Más de 40.000 médicos y equipos de apoyo de soldados, policías, trabajadores administrativos y voluntarios han atendido en 5.000 enclaves donde realizarse el test de forma gratuita.
Aunque la prueba era de carácter voluntario, el Gobierno eslovaco ha anunciado que tomará medidas contra quienes no se hagan el test. El primer ministro, Igor Matovic ha pedido precisamente disculpas por haber presionado a la población para que se hagan el test, y en este sentido ha explicado que «la libertad debe ir acompañada de responsabilidad hacia aquellos que son los más débiles entre nosotros, los pacientes oncológicos, los ancianos, las personas con otras enfermedades».
Durante la primera ola de la pandemia Eslovaquia no tuvo excesivos casos, ya que tomó medidas contundentes muy pronto. Sin embargo, en estos momentos la llegada de la segunda ola está suponiendo que las cifras de contagios se disparen.
La medida del test masivo ha sido duramente criticada por algunos expertos, ya que las pruebas no son PCR, sino test de antígenos, que carecen de eficacia en casos de personas asintomáticas, por lo que pueden dar resultados poco fiables.
El próximo fin de semana se hará otro test masivo.