Parece que ser que nadie confia ya en el aura imperturbable que rodeaba al rey emérito. Allen Sanginés-Krause el empresario mexicano amigo del rey Juan Carlos I, se deshizo en diciembre del año pasado de sus principales inversiones en España al vender las acciones que tenía en la compañía de su país RLH Properties, la matriz propietaria del Hotel Villa Magna. ¿Por qué?
Dicha venta se produjo unas semanas después de que la Fiscalía abriese una investigación sobre el presunto uso de tarjetas bancarias opacas con el fin de llevar a cabo blanqueo de capitales por parte del rey Juan Carlos I, con dinero del propio Sanginés-Krause. La investigación arrancó a raíz de una denuncia de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac).
Todo empezó según indica VozPopuli, con los movimientos de una cuenta a nombre de un militar, el teniente coronel del Ejército del Aire, Nicolás Murga Mendoza, y habían llevado a sospechar que el origen del dinero que habría sido empleado en gastos de Juan Carlos I y otros familiares, procedería de Sanginés-Krause.
La Fiscalía Anticorrupción solicitó hace unas semanas una prórroga para continuar con las diligencias de investigación que había iniciado en 2019 respecto al Emérito y otros familiares en relación con estos pagos realizados mediante ‘tarjetas black’. El asunto, no obstante, pasó a ser asumido este martes por la Fiscalía del Tribunal Supremo por orden directa de la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, en un nuevo episodio del pulso con Anticorrupción.