La fiscalía ha pedido este lunes dos años de prisión por varios activistas de la PAH que en marzo del 2017 ocuparon durante dos días una oficina del BBVA en el barrio de Sant Andreu de Barcelona. La entidad social quería presionar al banco para negociar las condiciones contractuales de varios pisos y no provocaron ningún desperfecto en la oficina, además de pegar varios adhesivos.
La entidad bancaria retiró la acusación inicial de seis meses de prisión, pero el ministerio público ha mantenido la acusación contra ocho personas por daños leves y allanamiento de morada abierto al público y les pide, además de la prisión, 900 euros de multa. Las defensas piden la absolución.
La mañana del jueves 2 de marzo de 2017 varios miembros de la PAH entraron, como han hecho cientos de veces, en una oficina del paseo Torres i Bages de Barcelona. Hablaron con el director para que los pusiera en contacto con los servicios jurídicos centrales del banco y poder negociar contratos.
Mientras empapelaron parte de la oficina, pusieron música y repartieron octavillas, pero no impidieron que siguieran funcionando los cajeros ni que entraran y salieran clientes. El director envió casi todos los empleados a otras oficinas cercanas y avisó a los servicios de seguridad privada y los Mossos.
La negociación con los servicios jurídicos y el empleo se alargaron hasta el día siguiente, y algunos activistas se quedaron a dormir en la oficina. Al día siguiente por la tarde los Mossos, que habían estado vigilando intermitentemente el empleo, hicieron acto de presencia, pidieron a los activistas que estaban dentro que salieran y los identificaron y denunciaron.
Durante el juicio que ha tenido lugar este lunes, dos de las acusadas han asegurado que no participaban de la acción, sino que estaban sacando dinero del cajero cuando las identificó la policía. Los otros seis acusados sí han reconocido que protestaban contra el banco, pero negaron que cometieran ningún desperfecto ni amenazaran ningún trabajador.
Todos aseguraron que ningún trabajador del banco ni vigilante de seguridad les requirió que fueran, algo que el director de la sucursal ha negado. Además, el director explicó que hubo cierta tensión verbal, con algunos gritos. Los vigilantes de seguridad, sin embargo, no recuerdan ningún momento de violencia física ni amenazas, y han dicho que los activistas marcharon voluntariamente la tarde del segundo día.
Justamente la madrugada de este lunes, varios colectivos a favor de la vivienda asequible han empapelado sucursales del mismo banco en más de 40 pueblos y barrios de Catalunya por haber vendido varios inmuebles en el fondo buitre ‘Cerberus’. En los carteles se puede leer ‘BBVA ha vendido nuestras casas al fondo buitre ‘Cerberus’, en referencia a que el banco tenga el 20% de las acciones del fondo de inversión ‘Divarian’, controlado por ‘Cerberus’ desde el 2018.
