Desde que comenzó la pandemia en marzo de este año han cambiado muchas cosas en la vida de todos. Pero quizás una de las que más impacto ha tenido -además del ámbito laboral, y de medidas sanitarias- haya sido el relativo al consumo.
Hacer la compra ya no es igual que antes. Y precisamente sobre las tendencias se ha llevado a cabo una investigación para conocer mejor cómo hemos cambiado en nuestros hábitos a la hora de comprar, de planificar y de hacer dieta.
Compramos productos más saludables y en comercios cercanos
En términos generales, el estudio que han llevado a cabo el Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA), la UPC junto al Instituto de Recerca i Tecnología Agroalimentaria (IRTA) señala que preferimos comprar productos locales, más saludables y duraderos.
El estudio fue presentado ayer por la consejera de Agricultura, Teresa Jordá, y en él se permite identificar los cambios en las tendencias.
Han sido 1.200 las encuestas realizadas durante los meses de mayo y junio. 501 encuestas responden a consumidores en Cataluña y 702 a otros territorios del Estado español.
En un 5,3% de los consumidores catalanes y en un 4,8% en los demás territorios se ha apostado por acudir a las tiendas más cercanas al domicilio, evitando los grandes supermercados. La razón fundamental ha sido la de apoyar al comercio local, además de evitar aglomeraciones y pasar mucho tiempo expuesto al posible contagio.
La frecuencia de compras se ha reducido en el 20% de los catalanes y en el 23% de los demás territorios. Se intenta comprar ahora más cantidad, que evite que tengamos que salir tan a menudo a comprar. Y en las compras gastamos más dinero por norma general. Tenemos más tendencia a almacenar alimentos en comparación a como lo hacíamos antes: congelamos y organizamos la comida con una mayor visión temporal.
Hemos aumentado, en toda Europa, el consumo de frutas y hortalizas, algo muy saludable. Se ha aumentado también el consumo de dulces, como el chocolate. Sin embargo, hemos comprado menos comida elaborada o precocinada.
Se ha conseguido reducir el desperdicio de alimentos en un 18%.
El estudio puede consultarse aquí