La jerezana Inés Arrimadas García, presidenta de Ciudadanos, todo que ya hace un tiempo que vive en Madrid, no deja de pensar en Catalunya de manera insistente, obsesiva y ofuscada, lo que se suele indicar como un reiterativo gesto de catalanofobia.
La líder del partido naranja se ha mostrado dispuesta a aprobar los presupuestos pero con una condición que mira hacia el este. Ha reclamado al Gobierno que deje «por escrito» que no habrá un referéndum de independencia en Catalunya, «que es lo que persigue ERC».
Lo ha pedido este viernes en un encuentro telemática con militantes, acompañada del eurodiputado ultra Jordi Cañas, en la que aseguró que «el nacionalismo no es izquierda, es la antítesis». Según explicó, es una de las condiciones de Cs para dar apoyo a los presupuestos generales del Estado.
«Hay un ámbito irrenunciable que es la igualdad de los españoles y el freno a las cacicadas separatistas», dijo, por lo que también ha exigido que se retire la reforma de la ley de educación que permite la inmersión lingüística en catalán en la escuela. No se conoce si hay alguien de Cs que no sufra de catalanofobia.