Con nuestra inolvidable experiencia de los Pactos de la Moncloa, los “gagas”, hemos clamado por activa y pasiva unos presupuestos consensuados, dada la magnitud de la crisis, pero las aulas y las piscifactorías-o polis-, según precio de mercado, nos han dado unos chicharros con vocación merluzos.
No se trataba de coger el rábano por las hojas, sino de hacer compatible lo que por incompatible se hizo en la Transición, dejarnos de sutilezas argumentales, y de escoramientos al pairo, para dar tranquilidad a los que viven pendientes de don Simón y del barón o baronesa de turno con su programa de limitaciones.
Se ha pasado la primera parte del ritual de presentación, con unos gastos obligados y unos ingresos más alargados que las figuras del Bosco, la verdad es que el rimero en euros no hay manera de precisarlo, y estamos a resultas de que las enmiendas parciales le den más sonoridad a cada capítulo, y cuadren los apoyos finales, para que Pages, Carmona y tararí que te vi no tengan que tomar sal de fruta.
Los de la enmienda a la totalidad, es decir, el PP y sus trompeteros, han puesto el rotor de las alas del helicóptero a toda marcha, henchidos de argumentos por los apoyos que se ha granjeado el gobierno, como es costumbre nadie mira para su lado, dónde PP, CUP (los más malos de los culés), los nacionalistas gallegos (círculo de amigos de Feijoó), los de VOX, sin comentario, más si los vi no recuerdo, se han sumado a la canaria y a los de Waterloo contra la propuesta de la Sra. Montero.
La verdad que trinchera que se coja es coja, si al final se pasa el calvario de los devotos particulares, nuestro gran y casi único objetivo es que al final Europa desfile el paso de la foca (con perdón), los polacos, los húngaros y los frugales, no destrocen la uniformidad, y más tarde que nunca nos cuadre la indigencia.
Curro Flores