Los áridos reciclados que se obtienen en esta planta no tienen la suficiente demanda, por lo que el gobierno autonómico «sospecha que la actividad desvirtúa el sentido de su autorización, convirtiendo a la planta en un mero vertedero»
La empresa gestora, Ecoaxar, ultima un informe en su fase de alegaciones para un mejor aprovechamiento de los recursos y equiparar los niveles de reciclado a los fijados en su licencia
Los últimos datos de Eurostat sitúan la tasa de reciclaje española en torno al 37%, por debajo de Italia (78%), Bélgica (76%) y Francia (55%). Casi el 50% de los residuos son gestionados de forma incorrecta o ilegal, tienen destino desconocido o se tratan en plantas La Junta de Andalucía exige a la Planta de Tratamiento de Escombros de Canillas de Aceituno que cumpla con la tasa de reciclado y que trate exclusivamente con los residuos para los que está autorizada. La delegación provincial de Málaga de la consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha abierto un expediente, a raíz de una visita de sus agentes de Prevención y Control Ambiental. Dicho expediente se encuentra en fase de alegaciones y subsanación por parte de la empresa gestora, Ecoaxar, para que las actuaciones no deriven, en su caso, en un expediente sancionador.
Dicha delegación comenta en un escueto comunicado que «se ha tenido constancia de una actuación irregular en la aceptación de residuos por parte de la empresa que gestiona la Planta de Tratamiento de Escombros de Canillas de Aceituno. Esta delegación está recabando los informes oportunos, dentro de las actuaciones previas para la apertura de un expediente sancionador, por la gestión de residuos para los que esta empresa no dispone de la autorización correspondiente» En la mencionada inspección se solicita una modificación en el procesado de los escombros, para conseguir una tasa de reciclado de áridos y cumplir fielmente con la autorización de planta de tratamiento con la que fue acreditada. El hecho de no valorizar suficientemente los residuos autorizados en nuevos materiales áridos, además de transgredir legislaciones y autorizaciones, ahonda el problema endémico que arrastra España en este tipo de actuaciones.
Y es que según los últimos datos de Eurostat sitúan la tasa de reciclaje española en torno al 37%, por debajo de Italia (78%), Bélgica (76%) y Francia (55%). Casi el 50% de los residuos son gestionados de forma incorrecta o ilegal, tienen destino desconocido o no se tratan en plantas.
El sector de los residuos de construcción y demolición se queja de que este tipo de material reciclado no tiene demanda, con lo que la conciencia medioambiental baja entre los agentes del sector, aumentando los vertidos descontrolados en múltiples ubicaciones. Ya existe legislación vigente de porcentajes de áridos reciclados que han de usar las empresas y las propias administraciones en obras y proyectos, y es alto el grado de incumplimiento.
Precisamente, esta ausencia de demanda es lo que ha hecho sospechar a los agentes ambientales de Prevención y Control, de un posible incumplimiento con los criterios de admisión de residuos y las tasas de valorización en áridos reciclado. Esto hace que una planta que ha sido concebida para el tratamiento y gestión de residuos no cumpla con su labor; y se haya convertido, por eso, en un espacio donde se depositan los residuos directamente en el vertedero.
De seguir así, y teniendo en cuenta su capacidad, puede ser una instalación con los días contados. Ecoaxar ultima, en su informe de alegaciones a la Junta de Andalucía, una serie de actuaciones que hagan llegar la tasa de reciclaje hasta niveles más óptimos, de forma que se obtengan menores rechazos con destino al vertedero. Que en una planta de tratamiento se admitan y se gestionen residuos para los que una instalación no está autorizada, llevaría a que multitud de toneladas de residuos escapen al control administrativo y medioambiental, careciendo de información básica en cuanto a su origen, cuantificación y destino final de los mismos. Incluso podría crear problemas a los productores y poseedores de dichos residuos, en cuanto a su deber de asegurar que los mismos se ponen a disposición de gestores autorizados, los únicos capaces de llevar a cabo una correcta gestión de los mismos.
Las propias organizaciones ecologistas, también advierten que el espacio en el que fue concebido esta instalación no es el adecuado. «Ya que su espacio es insuficiente para el volumen de residuos admitidos, crea un impacto visual negativo y el acceso es complicado, favoreciendo que muchos quieran acortar sus tareas vertiendo en el Río Vélez o en otras zonas de gran valor natural», apuntó también en este sentido Rafael Yus, de Ecologistas en Acción de la Axarquía.
En la cuestión de esta planta, los ecologistas dudan que a la instalación se le pueda «llamar planta de tratamiento, ya que en realidad no hay tratamiento sino simple vertido. De ahí que lo máximo que se puede admitir de esta planta es que sea un vertedero controlado. Por lo acontecido con la Junta podemos deducir que están investigando si eliminan los productos tóxicos que suelen ir mezclados, como las pinturas, disolventes, e incluso restos de uralita, un material rico de amianto», apuntó Yus.