La Policía Nacional española ha reconocido que arrolló una menor en Euskal Herria, concretamente en Pamplona. El atropello se produjo durante la celebración del carnaval en la capital vasca en febrero pasado. La joven participaba en la Kalejira que se festeja por la calle San Francisco cuando aparecieron varias dotaciones policiales.
Según señalaron testigos presenciales, un furgón policial la persiguió por la calle cerrándole el paso hasta que finalmente se produjo el atropello en la calle Mayor. Los policías actuantes no reconocieron el atropello en sus declaraciones. El citado cuerpo ha reconocido su responsabilidad y ha indemnizado a la menor por la doble fractura de cadera que le provocó el vehículo policial cuando la empotró contra una pared en la calle Mayor, según Naiz.eus.
A pesar de la gravedad de las heridas, una vez pasado el atropello, la menor fue trasladada a la comisaría de Chinchilla. Finalmente y ante las evidentes muestras de dolor de la joven, fue trasladada al Hospital de Nafarroa, donde permaneció ingresada una semana.
Aunque la curación de las heridas le ha supuesto 118 días en periodo de incapacidad, con 30 de encamamiento o con dos muletas, y otros 81 días de perjuicio por pérdida temporal de calidad de vida, según el informe forense presentado a los medios.
Por si fuera poco, siete jóvenes, de edades comprendidas entre los 17 y los 23 años, fueron llevados a declarar en la comisaría después de que agentes acudieran a sus domicilios a notificar que estaban siendo investigados por un presunto delito de «desórdenes públicos».
EH Bildu pidió explicaciones en el Parlamento de Navarra por la intervención policial, pero el delegado del Gobierno Navarra, José Luis Arasti, se negó a comparecer, mientras que en el Ayuntamiento de Pamplona, Navarra Suma y PSN avalaron la versión ofrecida por la Policía española.