La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha afirmado este jueves que su partido se opondrá a que haya selecciones deportivas autonómicas que puedan competir en el ámbito internacional porque considera que «romper la selección (española) es el primer paso para romper España». «No lo podemos permitir», ha subrayado.
«Para los países y los proyectos, son importantísimos los símbolos, y la selección española es un símbolo, es un embajador de tu país fuera» ha manifestado, señalando la capacidad que tiene el deporte de «unir a la gente, ilusionarla y crear un proyecto de país». Sin comentar la fobia que siente por las diferentes selecciones territoriales.
Arrimadas ha hecho esta reflexión en un acto sobre deporte organizado por Cs en el que han participado, presencialmente o por videoconferencia, la exjugadora de la selección española de hockey y campeona olímpica Mercedes Coghen, el portero de la selección española de fútbol Pepe Reina, la exjugadora de la selección española de baloncesto Amaya Valdemoro y los periodistas deportivos José Ramón de la Morena, Tomás Guasch, Juan Antonio Alcalá y Juan Ignacio Gallardo.
La Selección no debe ser «moneda de cambio»
Arrimadas ha pedido que no se mezcle la política con el fútbol y con el deporte en general y que la selección nacional quede «al margen de cualquier acuerdo político» y «no se utilice como moneda de cambio para una cuestión puramente electoral o partidista». A su juicio, esto es lo que quieren la mayoría de los españoles.
Por ello, ha apostado por recuperar el «espíritu» de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, esa «sensación colectiva de orgullo, ilusión y sentimiento por España». Se podría aplicar «para ponernos en marcha como país, recuperar la economía después de la pandemia y quitarnos los problemas de la polarización y el creciente nacionalismo», ha sugerido.
Asimismo, ha recordado cómo se vivieron en Barcelona victorias de la selección española de fútbol como las de la Eurocopa de 2008 y el Mundial de 2010, y cómo en plena crisis económica se experimentó «una explosión de alegría» en las calles. «Esa Barcelona sigue estando ahí», «somos muchos los que nos hemos emocionado con la selección», ha dicho.
Utilización del Barça como «herramienta política»
Según Arrimadas, no se puede decir que la sociedad catalana haya «desconectado de la selección o de España», pero algunos políticos «saben aprovechar muy bien los momentos simbólicos para que se visualice la desconexión de una parte minoritaria de la sociedad». La presidenta de Cs, que ha sido «muy futbolera y muy del Barça», según ha explicado, ha reconocido que le da «una pena inmensa» que ahora haya quienes pretenden utilizar a este club «como una herramienta política».
En este contexto, ha destacado que sería «una muestra de normalidad» que la selección española pudiera jugar otra vez en el Camp Nou, el estadio del Barça, y ha lamentado que el último partido importante de la selección en Cataluña fuera en los Juegos Olímpicos del 92. Que no juegue en comunidades como Catalunya o Euskadi «me parece una renuncia de país», ha comentado.
A su modo de ver, un equipo debe ser capaz de atraer a personas «de ideologías diferentes, que voten a partidos diferentes», pero unidas por una «pasión» deportiva. Por este motivo, cree que la política «no debería ser la principal cuestión para elegir al próximo presidente del Barça», donde el debate de cara a la elección del próximo presidente del club es si cada candidato «es independentista o no».