No hay dos sin tres y Puigdemont lo ha vuelto a hacer. Desde una exclusiva del diario en catalán La República, este nos indica como el president catalán en el exilio y eurodiputado independentista ha vuelto a despistar a los cuerpos de seguridad españoles como ya hizo en el famoso puente de carretera durante el 1-O. En esta ocasión, sin embargo, ha conseguido una hazaña aún más increíble: entrar durante un par de horas en Catalunya sin ser detectado ni detenido.
Y es que después de este desafío, seguro que rodarán cabezas entre los responsables de la vigilancia, constante y obsesiva, de los miembros del CNI, Policía Nacional española, Guardia Civil y el Ejército. Y no es para menos: el cabeza de lista de JuntsxCat en las próximas elecciones se la ha jugado y ha viajado él solo en moto desde la Catalunya Norte, [Francia] donde estaba disfrutando de los días de Navidad, hasta su pueblo natal, Amer.
Según ha podido saber La República, Puigdemont ha dejado en la población de Tesà uno de los teléfonos móviles que tiene y el otro en Colliure donde había dicho que pasaría toda la Navidad, engañado así las autoridades españolas con diferentes mensajes internos que él sabía que tenía pinchados.
Después, junto con Jami Matamala, la noche del 24 de diciembre, saliendo por una puerta lateral del edificio de Colliure y colocando en la sala una silueta de él que parecía desde fuera que permaneciera a la estancia, con una furgoneta cedida por la empresa Bon Preu, se han desplazado a hurtadillas hasta Prada, donde le esperaba una moto de enormes dimensiones y gran cilindrada proporcionada por un mecenas que no quiso revelar su nombre, aunque algunas fuentes apuntan a que se trata de un reputado entrenador catalán que actualmente trabaja en la liga inglesa. Así pues, a primera hora de la mañana, Puigdemont, salía hacia Amer por carreteras secundarias, pasando por Prats de Molló y entrando en Catalunya por Camprodon hacia las 10 de la mañana.
En su pueblo natal habría estado exactamente dos horas y se habría reunido con su entorno más cercano. Hacia las 12 del mediodía habría emprendido el viaje de vuelta sin ser visto ni detectado.
El chat con Pilar Rahola
Tal y como ha tenido acceso en exclusiva La República, Carles Puigdemont habría enviado este mensaje de WhatsApp a Pilar Rahola apenas abría salido de Amer: «Decías que no me atrevería, pues mira!». Además el mensaje iría acompañado de una fotografía del mismo presidente a toda velocidad subido en la moto a la salida de su pueblo.
En el chat se aprecia perfectamente la conversación entre el president y la ex política y ahora comunicadora Pilar Rahola. Está es la charla que mantuvieron por el popular chat:
– ¡Hey, Pilar! ¡Me decías que no me atrevería! Pues mira:
– ¡Vaya..! ¡No me lo puedo creer!
– ¡Ja ja ja..!
Momentos de tensión en Molló
Según ha podido saber La República, apenas llegado al Principado catalán y dejando atrás la frontera con el Estado francés, Puigdemont ha sido parado en un control rutinario de los Mossos. Los agentes, que habrían reconocido al instante el presidente, le han pedido la documentación. Según fuentes muy cercanas a Puigdemont, el exiliado llevaba un DNI falso con su foto pero con los nombres de Pere Junqueras Rovira. Después de una ligera sonrisa y miradas de complicidad, la pareja de Mossos habría dejado pasar a Puigdemont con un «Feliz Navidad, president» y un guiño.
Empeñado en hacer el viaje
Las mismas fuentes explican a La República que este viaje estaba totalmente desaconsejado por Gonzalo Boye, abogado del presidente, que aseguraba que era correr un riesgo demasiado elevado. Puigdemont habría impuesto asumiendo los riesgos y, finalmente, el éxito ha sido absoluto: «son tan torpes que ni se enteraran» habría dicho mientras se colocaba el casco para emprender el viaje de vuelta.
¡Si Felipe VI puede venir a Catalunya sin avisar, el President Puigdemont no podía ser menos!
Una exclusiva de La República a 28 de diciembre de 2020.