La monarquía española es un goteo constante de escándalos que la rodean y manchan su imagen. Hasta tal punto han llegado, que parece una institución surrealista y hasta masoquista. Pero nada más lejos de la realidad, porque encima lo hacen con toda la naturalidad del mundo. A expensas de su ciudadanía.
Después de saberse que el Patrimonio Nacional paga gastos del rey emérito fugado en Abu Dabi o el mantenimiento del personal de la Zarzuela, eldiario.es ha destapado este lunes que la entidad también ha gastado medio millón de euros en el mantenimiento de unas piscinas que pertenecen, como no podía ser de otro modo, a la Casa Real.
En concreto, se trata de tres piscinas, dos de verano y otra climatizada, y España lo justifica como «trabajos específicos de mantenimiento de piscinas». No son suficientes los fondos de los presupuestos para la Casa Real que elevará un 6,9% respecto a la partida anterior, de forma que pasa de 7,89 millones a 8,4 millones de euros, según consta en el anteproyecto Presupuestos Generales del Estado presentados el 28 octubre del 2020. Las piscinas van también a parte.
Queda claro, pues, que el Patrimonio Nacional, que se vincula directamente al Ministerio de Presidencia, y que está destinado a proteger el patrimonio histórico y cultural español, tiene claro que lo que más quiere «mantener» son los bienes personales de Felipe VI y su familia. Eso sí, pagado con dinero público.