Desde que se retomó la actividad docente tras las vacaciones de navidad (y el temporal Filomena que retrasó la vuelta en algunas regiones), las clases confinadas han aumentado un 70%.
Son más de 6.000 las aulas cerradas en el Estado español a causa de la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, también se afirma, desde los gobiernos regionales, que los contagios no se producen en las aulas, sino fuera. Una versión que no comparten colectivos como COVAPA, la Confederación de Asociaciones de Madres y Padres de alumnos valencianos, que ayer exigieron al Govern que cerrase de inmediato las aulas ante los casos de infecciones que se estaban produciendo.
Solamente en la Comunidad Valenciana, al cierre de la semana pasada había 984 grupos confinados de un total de 481 centros educativos.
El índice de casos acumulados en los últimos 14 días en España supera los 900 por cada 100.000 habitantes. La alerta se da a partir de 100, por lo que estamos muy por encima de las cifras límite. La OMS recomienda cerrar las escuelas cuando el índice es superior a 25, algo muy lejano a las cifras que tenemos. La Comisión Europea también recomendaba esta semana aislar todas las zonas con más de 500 casos por cada 100.000 habitantes, algo que señala directamente a muchos lugares de España.
Sin embargo desde el Ministerio de Educación y desde el Gobierno no se plantean cerrar las aulas. En regiones como Extremadura, donde tienen 1.381 casos por cada 100.000 habitantes, han abierto las aulas el pasado lunes para los institutos después de dos semanas dando clases telemáticas.