La resolución que ayer hizo pública la Junta Electoral sobre los actos de homenaje a los presos políticos y exiliados catalanes está dando mucho que hablar.
En primer lugar, porque si bien reconoce que los actos de homenaje no suponen actos políticos propiamente dichos, sí lo son de manera «indirecta», algo sorprendente porque ninguno de los presos puede concurrir a unas elecciones, y no lo hacen.
Pero además, ha llamado la atención que la propia Junta Electoral de Barcelona se refiera a ellos como «presos políticos y exiliados», un concepto que se ha negado sistemáticamente desde el ámbito «constitucionalista».
Una anécdota que no deja de sorprender, sobre todo viniendo de un órgano que se ha mostrado siempre más favorable a la opción más restrictiva sobre el derecho a la libertad de expresión y manifestación.