El presidente de Vox, el ultraderechista y fascista, Santiago Abascal, ha estado en su salsa por el recibimiento en Girona. Ha sido increpado una vez más, y le han lanzado grava por parte de una cincuentena de manifestantes contrarios a su presencia en capital gironina, donde ha acudido a un acto electoral. El líder del partido de ultraderecha ha culpado de la situación al Gobierno de España y a la Generalitat.
Abascal ha ofrecido su discurso desde un atril en el parque de la Devesa, donde tenía lugar el mercado semanal, mientras a escasos metros y separados por un fuerte dispositivo policial se concentraban los participantes en la protesta. Los manifestantes le han lanzado grava de la que cubre el suelo en esa zona, de la que sus colaboradores le han protegido con paraguas, y han proferido también insultos.
Al comenzar su intervención, precedida por la del candidato de Vox en las elecciones catalanas, Ignacio Garriga, ha manifestado: «Hace falta mucho más que cuatro niñatos violentos, que cuatro amigos de los terroristas, para impedir que nosotros estemos en las calles y que hablemos». «Ya he visto este ambiente en mi tierra», ha añadido Abascal, nacido en el País Vasco, y, de inmediato, ha asegurado que le habían lanzado «piedras, pero si pudiesen darían tiros«.
EL franquista Abascal ha señalado que los manifestantes están «enfermos de odio» y que «ese es el principal problema de Catalunya, un problema de libertad«. El líder de Vox ha relatado que en Girona ha recibido «los insultos de unos pocos totalitarios» pero también «el acercamiento tímido, temeroso, de aquellos que, en su día a día, no tienen libertad».
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