El mundo de la democracia internacional vuelve a girar la mirada contra el fascismo español. Esta vez con la justicia mediante, la pseudo justicia politizada. El rapero Pablo Hasél entrará en prisión para cumplir una pena de nueve meses de privación de libertad, un tiempo que llegará hasta los dos años y medio debido a las multas económicas que lleva aparejada su sentencia condenatoria y que no liquidará.
Tres son los delitos: injurias a la corona, enaltecimiento del terrorismo e injurias a las instituciones del Estado. Una característica llamativa en este último proceso judicial: la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional (AN) ha dictaminado su ingreso en prisión en contra de la postura del Ministerio Fiscal, la única parte de la acusación en el proceso, y la defensa.
Para el letrado del cantante se trata de una cuestión política e insólita que marca un precedente peligroso mientras que desde Juezas y Jueces para la Democracia (JpD) afirman que no es tan raro que suceda. Por otra parte, la Plataforma por el Derecho a la Libertad de Información (PDLI) defiende que el proceso no ha atendido a los estándares internacionales exigidos respecto a la libertad de expresión.
El viernes 29 de enero Hasél se enteraba de su inmediato ingreso en prisión. La Sala Penal de la AN le daba diez días para presentarse voluntariamente en cualquier centro penitenciario. Horas después, el rapero aseguró que no se exiliaría de España y que una vez superado el plazo tendrían que irle a buscar a su casa para encarcelarle.
La decisión del Tribunal presidido por Concepción Espejel y que cuenta con los magistrados Francisco Javier Vieira y María Riera, sorprendió al abogado del rapero, Diego Catriel Herchhoren: «Dictaminan su ingreso en prisión haciendo su propia valoración y sin atender a ninguna de las cuestiones explicitadas en los informes de la defensa y la Fiscalía, desde donde nos posicionamos a favor de la suspensión de la condena».
Así pues, el cantante/poeta se convertirá en el primer rapero encarcelado en Europa, enfrentándose a una primera condena que llega casi hasta los dos años de prisión a los que se le podrían sumar otros dos por una condena en suspensión de 2015. Otros procesos judiciales abiertos pueden hacer que Hasél se enfrente a casi dos décadas de reclusión. Algo inaudito en ningún Estado que se precie de tener una justicia demócrata sobre la libertad de expresión.
El actor Willy Toledo lo tiene claro sobre estos temas: Sólo mencionando temas de actualidad, Pablo Hasél va a entrar en la cárcel injustamente, si no prospera ningún recurso. Esta semana, muchos años después, «se descubre» quién era M. Rajoy en los papeles de Bárcenas, cuando ya no les afecta políticamente. También hemos visto políticos y obispos saltándose la cola en la vacunación…
Hemos sufrido un grave retroceso en España, no sólo en derechos, sino en términos de conciencia social. «Hasél está a punto de entrar en la cárcel por decir lo que los medios de comunicación llevan meses publicando». Pablo Hasél, lo dijo cristalino a días de entrar en prisión: «No exiliarme es una forma de dar más voz al mensaje que quieren encarcelar». Alto y claro.