El Juzgado de instrucción 19 de Barcelona emitió ayer por la tarde el auto de ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para Carles, vecino del barrio barcelonés de Sants.
El domingo por la noche estuvo detenido en la comisaría de los Mossos de les Corts. El lunes por la mañana fue puesto a disposición judicial y se ordenó su inmediata entrada en prisión.
Se le investiga por delito de presunta comisión de desórdenes públicos durante una de las noches de protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasel. Se le acusa de haber participado en las acciones en las que se colocaban obstáculos «dirigidos específicamente a poner en riesgo la actuación de los vehículos policiales». Según el auto, Carles habría llevado a cabo esta conducta hasta en tres ocasiones, y no fue detenido antes porque, según el auto, iba en patines y esto le permitió zafarse de la policía.
La juez considera que, su actitud reiterada, teniendo en cuenta el contexto, da lugar a pensar que podría seguir cometiendo este tipo de delitos, motivo por el cual se ha decidido su prisión preventiva. Su abogado considera que no se está atendiendo a su perfil individual, sino al contexto social, algo que no debería suceder.
Carles no tiene antecedentes penales y no hay riesgo de fuga, según su abogado, pues tiene un tejido de relaciones sociales estable, un negocio conocido y jamás ha tenido ningún tipo de problema con la justicia de este calibre.
Desde las asociaciones en defensa de los Derechos Humanos y colectivos como el Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos consideran que la prisión de Carles es una aberración jurídica, porque con ella se está intentando generar miedo a las demás personas que quieran participar en las manifestaciones.
El barrio de Sants se ha volcado en protestar y exigir la puesta en libertad de Carles. Pancartas y protestas públicas son las acciones inmediatas que han puesto en marcha los vecinos. Esta misma tarde, a las seis y media tendrá lugar una asamblea abierta en la plaza de Sants.
