El negocio de las vacunas, tal como suena, contra la covid-19, (lo dice la OMS) Organización Mundial de la Salud, está haciendo que los países estén ‘trapicheando’ para que puedan tener cualquier vacuna a no tenerlas. Los países pobres ni eso. El planeta está al borde de un fracaso moral catastrófico respecto a la distribución equitativa de las vacunas contra el COVID-19, tal como advierte el director de la OMS. “El precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, aseguró Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Lo ha hecho en un fuerte discurso ante la Junta Ejecutiva de la Organización en el que condenó la actitud egoísta de algunos países ricos y compañías. Es notorio que el mundo que se enfrenta a la peor pandemia del último siglo: todavía se producen pocas dosis, los países ricos las acaparan para tratar de volver a la normalidad lo antes posible, los acuerdos con las farmacéuticas se convierten en munición para la oposición política.
Pero en Alemania ha surgido un problema inesperado: el rechazo a una de las vacunas, la de Oxford y AstraZeneca. En un escenario de escasez generalizada, Alemania tiene almacenadas el 85% de las inmunizaciones que ha recibido de la compañía anglo-sueca. De cerca de 1,5 millones de dosis entregadas, se han administrado poco más de 200.000. El ritmo de vacunación empieza a preocupar al Gobierno de Angela Merkel y a los expertos porque estos pinchazos son clave para lograr el objetivo que se ha impuesto la Unión Europea: que el 70% de los adultos estén inmunizados antes del fin del verano.
Policías, bomberos y otros trabajadores esenciales reciben la vacuna de AstraZeneca en España. En este caso Mossos reciben la misma en Catalunya.
Las noticias sobre la presunta menor efectividad de la vacuna de AstraZeneca han provocado que miles de sanitarios y otros trabajadores esenciales no estén acudiendo a las citas para recibir las dosis. Alemania fue el primer país europeo que decidió usar esta inmunización solo en menores de 65 años. Pero hay otros países que no son tan cometidos ni precavidos en ese sentido. En España, policías, bomberos y otros trabajadores esenciales reciben la vacuna de AstraZeneca por orden del Ministerio de Sanidad.
El Gobierno español ha ejecutado ya la compra de 136 millones de dosis de la vacuna contra la covid-19 procedentes de cinco farmacéuticas (Pfizer, AstraZeneca, Moderna, Janssen y Curevac). Donde millones son de los segundos laboratorios, en Cambridge, Reino Unido. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha actualizado las cifras sobre adquisición de dosis contra el coronavirus, durante su comparecencia este miércoles en el Pleno del Congreso para informar de la actual situación de la pandemia y la aplicación del estado de alarma.
Pero a Sánchez le están, como se suele decir, ‘vendiendo la moto’ con la vacuna de AstraZeneca. Los empleados públicos alemanes consideran la vacuna mucho peor que las otras y prefieren esperar. Una negativa que en algunos casos se ha atribuido también a los supuestos peores efectos secundarios. Por eso expertos de Merkel apuntan ya a que será necesario cambiar la estrategia de vacunación para poder usar las dosis de AstraZeneca en Alemania. Sino se las venderán a España o a America latina, según la BBC británica.