Europa puede acabar siendo un gran ‘casa de citas’ como lo es España si la primera le sigue haciendo caso a la segunda. La Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo aprobó el informe favorable a levantar la inmunidad al expresidente catalán, Carles Puigdemont, y sus dos exiliados políticos, Clara Ponsatí y Toni Comín, también. Hay que llevar
Tal como pasa con el CGPJ en España, o sea TS o TC, los puestos están bien cubiertos de catalanofobia. El presidente del órgano jurídico de la Eurocámara, el diputado del catalanofóbico y cuasi extinto partido Ciudadanos, Adrián Vázquez, ha denunciado en una entrevista en RNE haber sufrido «presiones, intoxicaciones» y «ataques personales» para tratar de impedir que saliera adelante la votación a favor de retirar la inmunidad parlamentaria. Máxime cuando la presión ha sido la de su partido y resto de ultraderechas las que han presionado a los otros diputados.
Según ha relatado Vázquez, tal ha sido el acoso que ha recibido que varios de sus compañeros de departamento que llevan muchos años en la Eurocámara han reconocido que nunca habían «sufrido» una situación similar de presiones ante un proceso que «ha sido realmente complicado», ha afirmado el eurodiputado de Cs.
Y no solo presiones, «sino ataques personales e informes en que se decían una sarta de mentiras brutales para intentar manchar la Presidencia de la comisión». Vázquez también ha confirmado que el ponente del informe, el eurodiputado búlgaro de ultraderecha Angel Dzhambazki, ha sido víctima de estos ataques. Ya lo dijo el filósofo francés Voltaire: «Miente que algo queda».