Otro escándalo ‘real’. El cuñadísimo del Jefe del Estado, Felipe VI, Iñaki Urdangarin, ha dejado por los suelos las buenas maneras y su antiguo empleo. Había solicitado realizar el voluntariado en un centro de discapacitados, para poder salir de la cárcel de Brieva dos veces por semana, justamente gracias a que los responsables de centro lo aceptaron para algo que seguramente no estaba preparado.
El marido de la Infanta Cristina ha dejado noqueados al director y personal del Hogar Don Orione en Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde realizaba su trabajo de voluntariado desde el pasado 19 de septiembre. A partir de ahora, no volverá más al centro. Sorpresa que se han llevado, sobre todo, los responsables del Hogar, ya que se han enterado por la prensa de la huida del yerno del rey emérito.
Y lo ha hecho al estilo ‘marca de la casa Borbón’ como la huida de su suegro Juan Carlos I, en su viaje hacia Abu Dabi, a escondidas. La cuestión es que ya no seguirá con ese trabajo porque se traslada a la prisión de Zaballa (Álava) lo que le resta de condena en semilibertad, después de que le fuera concedido el tercer grado hace un mes. Disfrutará de los fines de semana libres cerca de su madre.
Aunque en el centro no censuran su decisión, sí que han reconocido, en conversaciones con la prensa, que les hubiera gustado que él mismo se lo hubiera comunicado. «Aquí nos enfrentamos cada día a una difícil realidad; dar calidad de vida a los que no la tienen por su discapacidad”, ha dicho el director del Hogar a los medios. Queda claro que no están para ‘cuñadísimos’ ni realezas españolas…
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