La Historia es cíclica, más si hay alguien que le interese que sea así. Con Josep María Bartomeu, ya son tres los presidentes del FC Barcelona detenidos en los últimos diez años. Antes lo fueron Josep Lluís Núñez y, después, Sandro Rosell. No hay casos como éstos en otros dirigentes barcelonistas, aunque hubo uno, Joan Gamper, el fundador, que fue exiliado en 1925 y otro, Josep Suñol, que fue detenido y ejecutado en la Sierra de Guadarrama por el ejército franquista en 1936.
Josep María Bartomeu, que dimitió el pasado mes de octubre de 2020, ha sido detenido este lunes dentro de la operación Barçagate y ha pasado la noche en comisaría y hoy martes por la mañana está puesto a disposición judicial en la Ciudad de la Justicia. Hay otros presidentes españoles que han recibido prestamos de dudosa procedencia, de ver como se recalificaban sus terrenos con precios desorbitados de forma opaca, etc., y nadie ha levantado la voz siquiera.
Josep Lluís Núñez, que fue presidente entre 1978 y 2000, fue acusado de sobornar a inspectores de Hacienda para eludir el pago de impuestos de los beneficios obtenidos por el grupo constructor que administraba. La Audiencia de Barcelona condenó a Núñez y a su hijo, en julio de 2011, a seis años de cárcel. Sin embargo, el Tribunal Supremo rebajó la condena hasta los dos años y dos meses de prisión. Extraño.
Sandro Rosell, que presidió la entidad azulgrana entre 2010 y 2014, fue acusado de blanqueo de capitales, aunque él siempre mantuvo que se le abrió una causa contra él por ser presidente del FC Barcelona. Rosell estuvo 643 días en prisión preventiva y, en el juicio, fue absuelto por la Audiencia Nacional junto a su socio Joan Besolí y a otras cuatro personas al considerar que las pruebas no eran concluyentes. Más extraño aún.
El Barça, lamentablemente, no necesita un presidente economista o gestor de grandes grupos, necesita aun presidente con carácter que no deje pasar ni una desde Madrid. Que plante cara en la RFEF, que rechace árbitros tóxicos, que alce la voz en la UEFA y FIFA como hizo Florentino que curiosamente siempre se va de rositas, y sobre todo que duerma tranquilo. Al estilo Joan Laporta o Gerard Piqué cuando sea su hora.
El Barça es mucho más de lo que la gente se cree, ya es algo global, es el centro de las miradas de muchos sectores de poder, y sobre todo es sentimiento, lo que incomoda sobremanera a ese otro poder si lo ha de contrarrestar. Eso incordia mucho en un país donde cada día se aprecia que va muy justa de democracia. Las guerras civiles de Catalunya no ayudan. Hoy se puede repetir la Historia.