De absoluto ejemplo. Por lo menos un centenar de personas han marchado este domingo desde la estación de Renfe de Martorell (Barcelona) hasta la cárcel de Brians 1 para pedir la libertad de ocho encarcelados por su participación en las protestas tras la detención del rapero Pablo Hasél.
Y se disponen a repetir e insistir y solo ellos se ponen el límite. La manifestación había sido convocada a las 11 horas y, encabezada por una pancarta en la que se leía ‘Nuestra solidaridad, no retroceder en la lucha, presos a la calle’, había llegado al centro penitenciario poco antes de las 14 horas.
En el manifiesto, la organización considera que la acusación hacia los encarcelados por las manifestaciones contra la libertad de expresión «es totalmente injusta y fruto de un montaje policial», por lo que los consideran presos políticos y reclaman su amnistía total. Y si hay que agitar de nuevo…
«Si están en prisión, es por una única causa: luchar contra el Estado español y su régimen putrefacto, así como combatir los cuerpos policiales y las fuerzas de ocupación que el poder saca a reprimir», afirma la organización. No esperan dejar de reivindicarse hasta conseguir su cometido, incluso en las calles.
La CUP, Arran, Alerta Solidària, Coordinadora Obrera Sindical, Endavant y el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (Sepc), se han sumado a la protesta. En cambio, otros partidos del Procés, aunque en su momento hicieron acto de presencia en los exteriores de algunas cárceles, lo de ‘agitar’ lo condenan.