Según la Inteligencia española, (CNI) mediante, la investigación sobre el ciberataque que padeció el 9 de marzo el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) apunta a Rusia, no tanto por razones técnicas sino más bien políticas y geoestratégicas, según indican fuentes gubernamentales. Es la reacción de Moscú tras una serie de roces e incidentes diplomáticos y militares entre, por un lado, el Kremlin, y, por otro, el Gobierno y las Fuerzas Armadas españolas.
El SEPE fue atacado con un virus del tipo ‘ramsomware’ que encripta archivos y bloquea ordenadores con el propósito de obtener un rescate, generalmente en criptomonedas, a cambio de restablecer su normal funcionamiento. Estos ciberataques tienen sentido contra empresas, que a veces pagan a los ‘hackers’, pero no contra instituciones que no pueden ceder al chantaje.
El objetivo de un golpe como el sufrido por el SEPE es más bien desprestigiar a la institución pública y al Estado al que pertenece y suscitar el descontento de la ciudadanía por la cancelación de miles de citas en toda España y la paralización de la tramitación de nuevas prestaciones por desempleo especialmente en tiempos de crisis.
Solo una potencia que trate de ajustar cuentas con España puede estar interesada en inspirar tal «ciberataque», indican fuentes conocedoras de la investigación en curso. El ciberespionaje es uno de los problemas internacionales más importantes en la redes abiertas en el mundo de hoy. Pero España ve siempre la sombra de Rusia detrás de sus males últimamente. Ya pasó con Catalunya.
