La comunidad científica internacional se ha movilizado. Las autoridades sanitarias del Canadá han recomendado suspender el uso de la vacuna de AstraZeneca contra el covid-19 para las personas menores de 55 años ante algunos casos de reacciones adversas en Europa a modo de «precaución». En Italia, solo se ha permitido inocular a los mayores de 65 años sin patologías graves.
Mientras, en Dinamarca se ha extendido la suspensión de su uso otras tres semanas con el objetivo de realizar más pruebas para comprobar si existe algún vínculo entre el fármaco y la posibilidad de sufrir trombosis (coágulos de sangre). Francia, donde se inoculan actualmente tres vacunas de distintas farmacéuticas, limita la de AstraZeneca a personas de más de 55 años, tras el episodio de esos trombos.
Hasta Alemania lo desaconseja. En cambio, España prioriza vacunar con AstraZeneca a jóvenes mientras el resto lo desaconseja ¿Por qué? Un grupo de investigadores dirigido por el especialista en coagulación Andreas Greinacher de la Universidad de Greifswald en Berlín, ha descubierto que la combinación muy inusual de síntomas se asemeja a un efecto secundario poco común de la heparina, un anticoagulante llamado trombocitopenia inducida por heparina (HIT).
Greinacher ha explicado en la revista ‘Science’, que tras identificar el trastorno, lo han denominado como «Síndrome de Trombocitopenia Protrombótica Inmune Inducida por la Vacuna» (VIPIT) y recomiendan una forma de probar y tratar el trastorno y dicen que esto puede ayudar a aliviar las preocupaciones sobre esta vacuna. «Sabemos qué hacer: cómo diagnosticarlo y cómo tratarlo». Pero la confusión en España ya circula.