La Armada Española es lo que es, pero sobre todo, está como está. Los mega gastos en proyectos que han duplicado su precio inicial como el de los submarinos S-80, hacen que el presupuesto en el resto de buques pasen por una situación crítica y este jueves por la tarde agrandó aún más su decadencia.
El buque de asalto anfibio Castilla (L-52), uno de los más destacados de la flota española, partió el pasado 30 de enero del puerto de Rota (Cádiz) para liderar la Operación Atalanta de la Unión Europea contra la piratería en el Cuerno de África.
Estaba previsto que permaneciera desplegado en la zona dirigiendo el dispositivo hasta finales de junio, pero ha quedado inutilizado en las últimas horas por la rotura de uno de sus sistemas de propulsión, según ha confirmado a Infodefensa un portavoz de Defensa.
La avería se ha producido por la desviación de uno de los dos ejes motores del navío, un desperfecto que varios especialistas consultados vinculan con la falta de gasto en mantenimiento, un problema que padece el conjunto de la fuerza naval desde la última crisis económica. A la altura de #MarcaEspaña.