Pasados más de 40 años, seguimos con las mismas mentiras del Estado. Ahora ha sido una manipulación borbónica del Gobierno en toda regla. El homenaje a Clara Campoamor en el Congreso con motivo del 90 aniversario del sufragio femenino en España estuvo marcado por el plantón institucional que se llevó la Reina a su llegada. Por supuesto también el de los partidos anti régimen, ERC, PNV, JxCAT y Bildu.
Doña Letizia se vio obligada a esperar a las presidentas del Congreso y del Senado y a la vicepresidenta primera del Gobierno en el patio del Congreso, y no al revés, como manda el protocolo. No contaban que España tiene décadas de experiencia en el blanqueo de sus Jefes de Estado.
Fueron unos segundos, pero de total desconcierto por parte de la Reina. El coche de ésta llegó al patio de la Cámara Baja, donde debían estar esperándola Meritxell Batet, Pilar Llop y Carmen Calvo, pero allí no había más que tres bedeles.
Fueron avisadas y rápidamente las tres, con servidumbre real feudal desmedida, salieron del interior donde se encontraban y fueron al encuentro de la mujer de Felipe VI, mientras ésta hacía tiempo saludando a la prensa, disimulando su extrañeza. Opinen:
No hubiera pasado nada por ofrecer la versión oficial, pues solo era un pequeño fallo de protocolo. Pero no para España y sus excusas. Según la versión oficial se trató de un error motivado porque el coche de Doña Letizia llegó antes de las 11 horas, que era el horario previsto. Sin embargo, las imágenes han generado mucha polémica en las redes sociales, puesto que hay quienes creen que no fue un fallo inocente.
Sea como fuere, el Congreso ha publicado un acto del vídeo en el que, de forma descarada, ha eliminado el fragmento en el que la Reina espera a las autoridades en el patio. Es más. En las imágenes, la voz en off dice: «A su llegada al palacio del Congreso Doña Letizia ha sido recibida por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, junto a la presidenta del Senado, Pilar Llop, y la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo«. Ahora viene el blanqueo. Solo faltaba la voz de Matias Prats senior: