El ministro de Seguridad Social José Luis Escrivá, explicaba ayer en el Congreso de los Diputados el plan de reforma de las pensiones que está negociando con los agentes sociales. Escrivá señaló que en el primer bloque de cambios que tratan de consensuar con la patronal y los sindicatos destacan nuevos incentivos para retrasar la jubilación.
Para ello propone un pago único de entre 4.700 y 12.000 euros por cada año de demora, así como modificar el sistema de penalización para los trabajadores que voluntariamente quieran jubilarse de forma anticipada, donde castigarían sobre todo a aquellos con salarios más altos.
El ministro justificó este nuevo modelo, clave para acercar la edad efectiva de retiro a la edad ordinaria, alegando que un tercio de las jubilaciones anticipadas se producen en “pensiones superiores a 2.100 euros”. Pero CCOO y UGT reprochan el juego sucio en la última propuesta del Gobierno para retrasar la jubilación, y recuerdan que el paro juvenil es del 45%.
Según la propuesta que están negociando con los agentes sociales, los trabajadores que cotizan por las bases máximas y quieran jubilarse antes de tiempo de forma voluntaria sufrirán una penalización de hasta el 17%, cuando ahora en la práctica es solo del 4%.
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