Después de un año de pandemia por COVID-19 la situación en distintos países continúa siendo muy delicada.
Concretamente, en Brasil, los casos de muertes y de infecciones no cesan, entre otras razones, debido a la variante específica que ha aparecido en el país, la P1, que es más contagiosa y con efectos más complicados en los casos de infección. Una variante que además, según acaban de señalar los expertos, está variando y está convirtiéndose en más peligrosa.
La BBC ha publicado hoy un extenso reportaje en el que se analizan los casos de niños fallecidos a causa de este virus. Concretamente, en Brasil se han reportado 1.300 muertes en bebés a causa del virus.
El reportaje cuenta casos como el de Lucas, que en principio no parecía presentar síntomas compatibles con el virus. Perdió el apetito, tuvo fiebre, fatiga y dificultad para respirar. Sus niveles de oxígeno al llevarle al hospital eran del 86%, pero allí consideraron que no era necesario hacerle la prueba del COVID-19. Le suministraron antibióticos y le enviaron a casa. Sus padres explican cómo, observando que el niño no mejoraba después de tomar el antibiótico, tuvieron dudas a la hora de acudir de nuevo al hospital «por miedo a infectarse». Y por este motivo tardaron en acudir. Al cabo de unas semanas, el pequeño comenzó a vomitar y fue cuando regresaron al hospital. Fue entonces cuando le realizaron la prueba y el resultado fue positivo. El pequeño fue ingresado en la UCI, donde le diagnosticaron Síndrome Inflamatorio Multisistémico.
Se trata de un síndrome que se genera como respuesta inmune, pasadas hasta seis semanas después de haber estado en contacto con el virus. Es un cuadro raro, pero que se está estudiando a raíz de la pandemia, porque ahora es cuando se están dando más casos.
Lucas estuvo más de un mes en la UCI. Sufrió un derrame cerebral y finalmente falleció. Su madre explica que, en su opinión, de haberse hecho la prueba a tiempo y detectado el virus, se podrían haber tomado las medidas oportunas para evitar el terrible final.
La Doctora Fátima Marinho ha señalado en el reportaje que «existe la idea errónea de que los niños corren cero riesgos de contraer COVID-19». Precisamente lo ha explicado en relación a la investigación específica que ha llevado a cabo donde se ha descubierto el elevado número de niños y bebés que se han infectado durante estos meses.
Entre febrero 2020 y marzo 2021 el COVID-19 ha matado al menos a 852 niños brasileños de hasta 9 años. Entre ellos, 518 bebés de menos de un año, según las cifras oficiales del Ministerio de Salud. Sin embargo, la doctora estima que la realidad sería diferente apuntando a más del doble de fallecidos por esta causa en esta franja de edad.
En su estudio revela que en este periodo ha habido 10 veces más muertes por síndrome respiratorio inexplicable que en años anteriores. Al sumar estas cifras, estima que el virus ha matado a 2.060 niños menores de nueve años, entre los que hay 1.302 bebés.
¿A qué se debe?
Los expertos señalan que, al haber aumentado el número de contagios, esto también afecta a los niños. «Por supuesto, cuantos más casos tengamos, más hospitalizaciones y más muertes en todas las franjas de edad», señala Renato Kfouri, presidente del Departamento Científico de Inmunizaciones de la Sociedad Brasileña de Pediatría.
Pero no es la única razón que señalan los expertos para los datos de muertes entre los más pequeños. Otro de los puntos señalados es la falta de pruebas que se practican para ellos. Además, como los síntomas en los niños son distintos a los síntomas en los adultos, se hace a veces más difícil detectar la enfermedad entre ellos.
Además, se indica que la situación de pobreza y de acceso a la atención médica son factores determinantes en muchos casos. «Los más vulnerables son los niños negros y de las familias pobres, ya que tienen más dificultades para acceder a la ayuda. Estos son los niños con mayor riesgo de muerte», ha afirmado la Doctora Marinho.
A pesar de que las cifras son dramáticas, los expertos insisten en señalar que las muertes en este grupo de edad siguen siendo porcentualmente bajas, tratándose de un 0,58% de la cifra total de fallecidos.
Cuándo se ha de consultar a un especialista
Desde el Real College of Pediatrics and Child Health se aconseja a los padres que busquen ayuda urgente en caso de observar estos síntomas:
- palidez, manchas en la pie y temperatura fría al tacto
- pausas en la respiración, o patrón irregular
- dificultad para respirar, o falta de respuesta
- azulado en los labios
- ataques o convulsiones
- actitud extraña: extremadamente angustiado, lloro inconsolable, confusión, adormecimiento profundo o falta de respuesta
- erupción que no desaparece con la presión
- dolor testicular (sobre todo en adolescentes)