Felipe VI y Letizia, acompañados por la Princesa de Asturias, Leonor, y la Infanta Sofía, han presidido este jueves en Cartagena (Murcia) la botadura del submarino S-81 Isaac Peral, considerado por España como «el submarino convencional (no nuclear) más avanzado del mundo», con un coste de 1000 millones de euros por unidad, para el erario público. Tras los retrasos por fallos técnicos y otros improvistos.
Ha sido precisamente Leonor, la princesa de Asturias y madrina del batiscafo, la encargada de su ‘bautizo’ con una botella de vino seleccionada especialmente por la Armada para la ocasión. Leonor, acompañada de su padre, ha cortado una cinta con la bandera de España a la que estaba sujeta la botella, que inmediatamente ha salido despedida y ha impactado contra el casco del submarino, (con truco de seguridad para no fallar incluido) para sellar la botadura.
La construcción del submarino S-81 se ha llevado a cabo en el astillero que Navantia tiene en Cartagena y se trata de la primera entrega de las cuatro previstas de la serie S-80. Los tres submarinos restantes, el S-82 Narciso Monturiol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes, se irán sumando a la flota con una cadencia de uno cada dos años. Defensa invertirá en los cuatro sumergibles casi 4.000 millones de euros.
En la ceremonia, el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez García-Baquero ha destacado que la construcción del submarino ha supuesto «el mayor reto tecnológico» de la historia de la empresa pública de construcción, destacando la complejidad con un ejemplo: «En la construcción de un avión se emplean 50.000 horas; en la de un submarino más de 3.000.000». «Hablamos del submarino convencional (no nuclear) más avanzado del mundo», ha sentenciado Domínguez. Pero poco se sabe de lo que ha aportado su socio tecnológico, los EEUU.
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