El gobierno de Marruecos ha expresado su decepción porque el Gobierno ha permitido la entrada en el país del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para recibir atención médica. Ghali, enfermo de Covid, estaría ingresado en un hospital de Logroño, según informó la revista «Jeune Afrique«. Según esta fuente, el político, de 73 años, tiene también un cáncer avanzado y se habría registrado en el hospital bajo otra identidad.
El Ministerio de Exteriores ha confirmado que el presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática está en territorio español «para recibir atención médica» y aseguran que se le ha permitido el acceso por «razones estrictamente humanitarias». Considera que el traslado de Ghali en España no interfiere en las relaciones con Marruecos.
Pero en Marruecos no son de la misma opinión. Para el gobierno de Rabat España ha puesto en riesgo el principio de buena vecindad entre los dos países, y convocó el sábado el embajador español, Ricardo Díez-Hochleitner. Las autoridades de Marruecos se preguntan por qué España ha admitido la entrada del líder del Frente Polisario «a escondidas» y con un pasaporte falso.
Rabat también reclama a la justicia española que reaccione «a las numerosas denuncias presentadas por las víctimas» del Frente Polisario. Se refiere a que la Audiencia Nacional citó en 2016 a Brahim Ghali como investigado por un delito de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones supuestamente cometidos contra la población saharaui en los campamentos de Tinduf. Quieren que se aproveche que el líder del Frente Polisario se encuentra en territorio español para interrogarlo.
La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, descartó el viernes que el traslado de Ghali en España pudiera tensar la relación con Marruecos. Para González Laya «esta cuestión ni impide ni perturba las excelentes relaciones que España tiene con Marruecos».
