El domingo pasado la policía alemana informó de lo sucedido en un centro de salud de Frisia (Baja Sajonia, Alemania). Allí, una enfermera decidió rellenar con suero fisiológico varios viales destinados a vacunar contra el COVID-19, después de que se le cayera el contenido de una ampolla -equivalente a seis dosis-.
Según la policía, la enfermera quiso evitar tener que contar que se le había roto una ampolla, y trató de salvar la situación de esta manera. Pero sí comentó con un compañero del centro de salud lo que había sucedido y fue este, aparentemente, quien convenció a la mujer para que informase de lo sucedido ante la gravedad de las consecuencias. Fue él quien avisó a las autoridades.
Precisamente ahora hay que hacer test a unas 200 personas que fueron vacunadas el pasado miércoles en este centro de salud. Deberán regresar el 5 de mayo al centro a realizarse las pruebas pertinentes para detectar si tienen anticuerpos y poder descartar a quienes les fueron administrados los viales que sí contenían la vacuna.
El suero fisiológico no supone riesgo alguno, por lo que a las seis personas que les fue administrada esta sustancia, no les pasaría nada por este motivo. No obstante, no han recibido la vacuna contra el COVID-19, por lo que habrá que identificarlas y administrársela para garantizar su protección.
La enfermera en cuestión ha dimitido ya y ha dejado su puesto de trabajo. Este hecho ha servido para que, a partir de ahora, tengan que ser dos sanitarios los que trabajen con el material para vigilar que todo se hace correctamente. Así lo ha confirmado el gobernador del distrito Sven Ambrosy (SPD).