Un estudio publicado en la revista ‘Journal of Infectious Diseases’ ha estimado las vidas, las hospitalizaciones y los costes que pueden ahorrarse, incluso con aumentos relativamente pequeños de la cobertura de vacunación, alcanzando antes los niveles de cobertura de vacunación contra la COVID-19 finales del verano frente al otoño/invierno.
El equipo de investigación estadounidense desarrolló un modelo de simulación por ordenador de todo Estados Unidos y de la propagación del coronavirus por todo el país. Utilizando el modelo, pudieron simular la vacunación de diferentes proporciones de la población a diferentes ritmos con diferentes tipos de vacunas contra la COVID-19.
Al igual que las personas reales, cada una de estas personas virtuales podría infectarse con el virus y desarrollar diferentes síntomas a lo largo del tiempo y, dependiendo de la gravedad de esos síntomas, visitar urgencias u hospitales. Éstos, a su vez, tendrían costes asociados, lo que permitiría el seguimiento de diversos costes médicos y pérdidas de productividad.
El estudio demostró que pasar de una cobertura de vacunación del 30 a una del 40 por ciento podría ahorrar 24,3 millones de casos y 33.100 millones de dólares en costes médicos directos y pérdidas de productividad. Pasar de una cobertura del 50 al 70 por ciento podría ahorrar 9,5 millones de casos y 10.800 millones de dólares en costes médicos directos y pérdidas de productividad.