Lo ha contado esta mañana Susana Oliveira, en La República, y la noticia es lo que comúnmente conocemos como «un pelotazo». Porque supone un precedente importantísimo en la batalla judicial que el independentismo catalán está dando en el plano internacional.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha sentado un precedente en la sentencia que se ha conocido hoy, al establecer que, una vez que un Estado miembro se pronuncia sobre una extradición -o euroorden-, no hay más que hablar del tema.
Se le acabó el «cachondeo» a Llarena, ese de poner una euroorden, retirarla, ponerla otra vez. Con esta sentencia el camino queda ya bastante claro y viene a suponer para la «justicia» española un toque, aunque sea indirecto, de atención.
El asunto que se ha juzgado nada tiene que ver con la cuestión catalana, en el fondo del tema. Porque se habla de un ciudadano alemán que era requerido por Estados Unidos, una vez que la justicia de su país había archivado el caso. Sin embargo, tal y como explica Susana en su artículo, queda meridianamente claro el uso de las euroórdenes y órdenes de entrega internacionales y el comportamiento que los Estados Miembro de la UE deben tener al respecto.
Llega esta noticia en plena batalla por la formación de Govern, cuando algunos parecen no tener claro el necesario apoyo que han de darse las formaciones independentistas. Por si alguien no lo tiene claro todavía, intentar humillar o apartar del escenario político a Carles Puigdemont, no sólo es desleal e injusto, es que además, como demuestran los hechos, es poco inteligente.