El partido de derechas que dirige la jerezana Inés Arrimadas acumula grandes fracasos consecutivos: desde la repetición electoral de noviembre de 2019, en la que bajaron de 57 a 10 escaños a nivel nacional, el partido no ha logrado levantarse del golpe. Arrimadas tomó las riendas de la formación varios meses después, tras la dimisión de su anterior líder y único presidente, Albert Rivera.
Por ese motivo algunas voces del partido quieren abrir el debate sobre un eventual cambio de marca electoral tras sus malos resultados en las elecciones catalanas y madrileñas. Estas fuentes creen que es una posibilidad que se debe barajar en la convención nacional que se celebrará el próximo mes de julio, pero la dirección del partido, de momento, no lo ve claro.
Para formalizarse esta propuesta, se requeriría la celebración de una asamblea extraordinaria. Se trata de un planteamiento que divide a los cargos, indican varios medios: «Sería un borrón y cuenta nueva con el pasado», razona un cargo, convencido de que se necesita un cambio. «No lo veo para nada», señala una segunda persona. «No es un debate que esté sobre la mesa». «Eso no va a ocurrir», añade.
Pero «la marca está quemada». Lo dicen, abiertamente otros dirigentes de Ciudadanos. El penoso diagnóstico ha obligado a una reflexión que sólo acaba de empezar. Las primeras conclusiones se conocerán en la convención que el partido celebrará en julio, pero el resultado, a la larga, podría afectar incluso al nombre de la organización. Arrimadas antes de perder la silla, escucharía hasta al diablo.