Felipe VI llamó al presidente de Ceuta para interesarse por la situación de la ciudad. Le trasladó al presidente ceutí, Juan Jesús Vivas (PP), su “solidaridad y un mensaje de ánimo a la ciudadanía” ante la grave crisis provocada por Marruecos. Según indican varios medios, el monarca estuvo tenso y es de suponer que molesto. La gravedad del tema, con la ‘invasión’ de casi diez mil ciudadanos marroquíes, que por cierto muchos han recordado en diferentes TV cavernarias españolas, como un segundo intento de la Marcha Verde sobre el Sahara, territorio que perdió cuando Franco agonizaba, ha hecho que hasta el presidente Pedro Sánchez tuviera que personarse in situ.
El asunto está siendo peliagudo. La conocida consigna españolista de la ‘integridad territorial de España’ se puso en peligro. La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, aseguraba que en las relaciones entre países «hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir», en velada referencia a la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. En declaraciones antes de acudir a la convocatoria realizada por la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, la embajadora de Marruecos insistía en que hay «actitudes que no se pueden aceptar». Por lo pronto cientos de marroquíes han protagonizado durante la la madrugada de este viernes un salto a la doble valla que separa Melilla de Marruecos.
Pasan los días y el rey no defiende sus territorios ‘mar allende’. Hay que recordar que la ‘batalla’ por Ceuta de España no es ni siquiera lo que muchos piensan. Ceuta fue la primera conquista norteafricana de Portugal. Tiene un valor simbólico, ya que ayudó a la expansión de ultramar del imperio luso y sirvió como escuela de armas para futuras batallas, tal y como explica el historiador João Gouveia Monteiro, especialista en historia antigua y medieval y autor del libro ‘1415. En 1578 Felipe II de España heredó el Reino de Portugal. Esto trajo consigo la incorporación a España de Ceuta, Arcila, Tánger y Mazagán. Por lo que tratarlo de ‘territorio español histórico’, es algo que muchos no están de acuerdo.
Pero lo más lamentable de todo esto es la actitud del Jefe de Estado español, Felipe VI de Borbón. ¿Lo veremos salir a defender de una vez el territorio de ultramar de Ceuta como hizo con tanta vehemencia contra Catalunya el 3 de octubre? Catalunya salió a votar democráticamente el 1-O y recibió palos. Ahora Marruecos, país vecino, ‘amigo’, ‘hermano’, y demás ínfulas sacerdotiles, se pasa por el arco del triunfo los acuerdos y tratados, abre sus verjas, e invade pacífica y ciudadanamente la plaza militar de Ceuta, con algún que otro palo policial mediante. Como caso similar estamos a la espera de un discurso de Unidad, Patria, Grandeza, etc. Pero, ni está, ni se le espera, Marruecos no es Catalunya ¿verdad majestad?