Se destapan más tejemanejes de España con sus reglas sucias y hasta antidemocráticas. El entonces mandatario del PP, José María Aznar, tendió su mano al presidente George W. Bush a cambio de obtener el respaldo de EEUU a su particular campaña del «Todo es ETA», que supuso la ilegalización de Batasuna y acabó con el encarcelamiento de sus principales referentes, entre los que se encontraba Arnaldo Otegi.
Las creencias de grandeza y autonombrase el paladín de la «lucha global contra el terror» aparece fielmente recogida en distintos documentos desclasificados del Departamento de Estado según indica Público. El objetivo de La Moncloa era claro: la ayuda desinteresada de España a la intervención militar americana en Irak y Afganistán debía ser recompensada con el apoyo de Bush a la lucha contra ETA y, al mismo tiempo, contra lo que entonces denominó su «Red».
El documento subrayaba que España había proporcionado a Estados Unidos «una cooperación sin precedentes en materia de policial, judicial y de inteligencia en la lucha contra el terrorismo». Ponía como ejemplo al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, quien «hizo constar que ofrecía a los EEUU un acceso incondicional a las bases españolas de Rota y Morón».
Hay que recordar que Aznar justificó su decisión porque «convenía estratégicamente a España». Según explica, esos fueron los motivos por los que su Ejecutivo apoyó las primeras iniciativas del presidente Bill Clinton contra Sadam Husein, la lucha contra los talibán en Afganistán y «el esfuerzo liderado por el presidente Bush en Irak». Además, de que «España no participó en ninguna guerra» y que «ni un solo soldado español estuvo en Irak un solo día sin la cobertura indubitada de Naciones Unidas para la estabilización del país».