La reciente crisis entre España y Marruecos que se ha solventado con una clara victoria ante Marruecos de Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), tiene un trasfondo más profundo de lo que parece.
Marruecos aspira a la construcción del Gran Marruecos, idea que nace en la primera mitad del siglo XX, desarrollada por el político marroquí Mohamed Allal el Fassi.
La idea del Gran Marruecos que parte de Allal el Fassi incluye un Marruecos dueño del Sahara Occidental, Mauritania, zonas occidentales de Argelia, las ciudades españolas de Ceuta y Melilla y las Islas Canarias.
El Rey de Marruecos Hasan II defendió la idea del Gran Marruecos de Allal el Fassi como una prolongación del proceso de independencia de Marruecos. Su hijo Mohamed VI ha reactivado en los últimos años la idea del Gran Marruecos, en brazos de la administración de Estados Unidos.
La reactivación de la idea del Gran Marruecos es el detonante que ha provocado un aumentado progresivo del número de conflictos en la zona del pretendido Gran Marruecos. Ceuta es un botón de muestra.
En definitiva, lo que desean las autoridades de Marruecos en estos momentos es crecer a costa de anexionar los territorios que se encuentran dentro del espacio de lo que ellos entienden que es el Gran Marruecos. Y, de paso, y esto no se debe perder de vista, suplantar a España como potencia en la estratégica entrada del Mediterráneo.
España y la Unión Europea deben permanecer atentos ante este desafío y defender su integridad territorial, único camino para frenar la aspiración imperialista de Mohamed VI y Marruecos.