Los países de la Unión Europea se enfrentan a un dilema moral que curiosamente no está copando demasiados titulares: hasta qué punto se debería incluir a los adolescentes dentro de los grupos de vacunación. Aunque tienen pocas posibilidades desarrollar gravemente la enfermedad, no hay que descartarlos de las vacunas.
EL conflicto viene dado porque en los países pobres millones de personas siguen sin haber sido inmunizadas, incluidos los grupos prioritarios, y empiezan a asaltar las dudas y las polémicas al respecto. Hasta Ghebreyesus, director de la OMS, calificó como «catástrofe moral» esta situación. «Hay un pequeño grupo de países ricos que han acaparado la mayoría del suministro médico y ahora están vacunando a los grupos de edad de menor riesgo.
La Eurocámara ha denunciado esta semana que tan sólo un 0,3% de los antídotos administrados en todo el mundo han ido a parar a los 29 países con menos recursos. Aunque los países europeos han puesto en marcha un mecanismo de compra conjunta de vacunas, corresponde a las autoridades nacionales decidir sobre los grupos prioritarios de vacunación.
Casi todos los países europeos han comenzado a incluir a los adolescentes desde que el pasado 28 de mayo la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) diera luz verde a la comercialización del antídoto de Pfizer para los chicos entre los 12 y 15 años. Se espera que el aval para el suero de Moderna ente los 12 y 17 años llegue en el mes de julio.