La sala penal de la Audiencia Nacional (AN) vuelve a la persecución contra todo lo que haga referencia al Procés aunque lo haga con otras diligencias diferentes mediante. Así ha confirmado el procesamiento del abogado Gonzalo Boye, letrado de Puigdemont, entre otros, por un presunto delito de blanqueo de capitales relacionado con el narcotráfico.
El procesamiento de Boye está vinculado a la causa contra José Ramón Prado Bugallo, conocido como ‘Sito Miñanco’, por haber participado presuntamente en dos operaciones para introducir casi cuatro toneladas de cocaína y la creación de un entramado criminal para blanquear el dinero obtenido de la droga.
Al abogado también se le atribuye, en concurso con el blanqueo, un delito continuado de falsificación de documento oficial. En un auto, la sala penal desestima el recurso de Boye contra el procesamiento dictado por la jueza María Tardón.
En el auto que firmó Tardón, atribuía a Boye y dos abogados haber maniobrado para justificar la procedencia de 900.000 euros en metálico intervenidos en Barajas. Según Tardón, Boye habría participado en la elaboración de documentos y contratos de compraventa de letras de cambio para recuperar el dinero decomisado por la policía.
En la causa hay 45 personas físicas y cinco jurídicas procesadas. La sala penal cree que existen «indicios racionales que permiten vincular a Boye con los hechos y delitos por los que se le procesa» y argumenta que en esta fase procesal no se valora la culpabilidad o inocencia del procesado, sino la existencia de estos indicios.
Ante esto hay que recordar que ya se produjeron reacciones. Así, el vicepresidente de Òmnium Marcel Mauri afirmaba en Twitter: «Qué vergüenza. Esto es propio de un estado policial. No soportan su acción jurídica internacional que ha dejado en evidencia la injusticia del Estado en toda Europa». Además de ser ‘indicios con pruebas fabricadas’, según varios juristas.
Red:
«Carles Puigdemont: Le persiguen por ser quien es: el abogado que desde el primer día ha liderado la estrategia de defensa en el exilio. Por las victorias en Alemania y en Bélgica. Porque habla el lenguaje de los derechos humanos en el marco del derecho internacional, y les molesta. Ved la causa y os daréis cuenta.»