Un estudio británico realizado por la Universidad de Oxford confirma lo que ya se señaló al comienzo de las pruebas de la aplicación de la segunda dosis de Pfizer contra el COVID-19: el tiempo mínimo es de 21 días entre la primera y la segunda dosis, pero a partir de ese momento, la generación de anticuerpos aumenta si esperamos el tiempo suficiente.
En un primer momento los expertos recomendaban esperar unas cinco semanas para aplicar la segunda dosis, porque detectaron que los niveles de anticuerpos aumentaban y tenían un recorrido mayor, en lugar de aplicarla de manera inmediata al pasar los 21 días.
Ahora este hecho se confirma en otro estudio que apunta a las ocho semanas entre las dosis para garantizar el aumento máximo de anticuerpos.
Una explicación que tiene especial sentido ante la variante Delta
«En el caso del intervalo de dosis más largo (…) los niveles de anticuerpos neutralizantes contra la variante DElta se indujeron mal tras una sola dosis, y no se mantuvieron durante el intervalo previo a la segunda dosis» señalan los autores del estudio.
«Tras dos dosis de la vacuna los niveles de anticuerpos neutralizanes eran dos veces más altos tras el intervalo de dosificación más largo en comparación con el intervalo de dosificación más corto», han señalado.
El pasado mes de diciembre en Gran Bretaña se retrasó la aplicación de la segunda dosis de la vacuna a 12 semanas. Ahora recomienda un intervalo menor: 8 semanas entre la primera dosis y la segunda, siguiendo así la consideración de Susanna Dunachie, investigadora jefe del estudio.