Durante las últimas semanas se ha conocido el posicionamiento de la FDA norteamericana o de la EMA que consideraban que, por el momento, no se justificaba la aplicación de una tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19.
Sin embargo, hoy hemos conocido que la propia farmacéutica Pfizer ha explicado por qué sería necesario ponerla en marcha: y es que podría, según la compañía «impulsar fuertemente» la protección contra la variante Delta.
Por esta razón desde la farmacéutica han explicado que es probable que soliciten una autorización de emergencia para poder aplicar la tercera dosis a partir del mes de agosto en Estados Unidos.
Según información de la compañía, con la tercera dosis el refuerzo registrado sería de cinco veces más que el que queda tras la segunda dosis para la franja de 18 a 55 años. Una protección todavía mayor para las personas mayores, de 65 a 85 años, donde el efecto se multiplicaría por once.
Los datos aún no han sido revisados por pares ni publicados en revistas científicas que los avalen.