Por el momento se desconoce cuántas fueron las mujeres que, desde 1966 hasta el año 2012 recibieron incentivos, amenazas o directamente fueron sometidas a tratamientos esterilizantes sin su conocimiento y sin su consentimiento. La mayoría de ellas eran mujeres gitanas.
El programa de incentivos acabó con el colapso del régimen comunista en el año 1989 pero se continuó engañando a las mujeres sin que supieran que estaban siendo esteriiizadas al dar a luz o durante el parto.
En 2012 tuvo lugar la modificación de la ley checa en la que pasó a contemplarse el periodo de reflexión para las pacientes que solicitasen esterilización. Una ley que fue posible gracias al trabajo previo que había realizado el Defensor del Pueblo, publicando en 2005 el informe con la declaración final de su recopilación de información obtenida a través de más de 80 testimonios.
En su valoración, el Defensor del pueblo planteaba la necesidad de dar una indemnización para estas mujeres.
Será el ministerio de Salud checo quien administre todas las reclamaciones de compensación, pero todavía no se sabe cuándo comenzará este proceso, según ha informado The Guardian.
Esta medida que hoy se anuncia por parte del gobierno checo es un a»viso a navegantes», pues estas esterilizaciones no solamente se produjeron en su territorio, sino que según se ha denunciado, Eslovaquia también debería comenzar a plantear mecanismos de este estilo.