El aumento del precio de la luz alcanza topes históricos en un momento en el que la crisis económica generada por la pandemia no facilita el contexto para que miles de familias hagan frente a la factura mensual de la luz.
Desde el Gobierno tratan de encontrar diferentes maneras de abordar este gran problema, y han acudido a Bruselas para replantear el sistema del mercado energético.
No cabe duda que las grandes empresas están intentando aprovecharse de una situación de necesidad, dado que la electricidad es un bien necesario para los hogares y las empresas. Las prácticas que estamos conociendo estos días, por parte de las hidroeléctricas para tratar de sacar el máximo beneficio a costa del servicio, están siendo objeto de investigación, debido al impacto que ha tenido en los bolsillos del consumidor, pero también a nivel ecológico. El vaciado de los embalses de manera premeditada para generar así mayor beneficio ha sido «la gota que ha colmado el vaso».
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, plantea una serie de propuestas que nos servirían para pagar la energía que realmente consumimos, ayudándonos también a comprender las claves de la factura que no deja de darnos disgustos.
Partiendo del informe publicado en el año 2008 donde se analizaba el coste que suponía producir un megavatio hidroeléctrico, los expertos señalan que el coste, que en aquel momento se situaba en 39 euros, ha tenido que bajar sí o sí, después de 13 años.
Hoy, según los estudios y los cálculos, costaría generar este megavatio 3 euros. Nos lo están cobrando a 117. Si hablamos de energía nuclear el megavatio cuesta 18 euros producirlo, y también lo hemos pagado a 117.
Según señala la OCU «es necesario introducir nuevos ajustes en el sistema de preciosmarginalista que impidan los beneficios extraordinarios a costa del bolsillo de los consumidores». Para conseguirlo, se proponen diez medidas:
1.- Reducir el IVA de la electricidad. El 10% de impuesto es más ajustado al 21% que hemos venido soportando.
2.- Eliminación del impuesto de la Electricidad: eleva la factura en un 5,11%
3.- Control para frenar las manipulaciones del mercado: son necesarios mecanismos contundentes que pongan freno a los abusos generados en el mercado.
4.- Revisión del sistema de precios mayorista: de esta manera se evitarían los beneficios extraordinarios que están recibiendo las grandes empresas.
5.- Revisión y redistribución de las tarifas de acceso: el cambio a los tres tramos que ha entrado en vigor desde el pasado 1 de junio, no soluciona los problemas de base según la OCU. El mayor peso lo soportan los hogares, a pesar de que el consumo que realizan es mucho menor que el de alta tensión.
6.- Mejora de la transparencia: el abuso que se está produciendo sobre los consumidores tiene gran descanso en la falta de información existente.
7.- Fomentar la competencia: la ocu apuesta por fomentar la competencia en este sector para generar un beneficio que reporte al consumidor. Así lo entiende esta organización, aunque el planteamiento desde otro tipo de colectivos es totalmente opuesto, apostando por el control estatal de instituciones públicas para limitar, precisamente, la libertad de la que disponen las grandes empresas en el mercado.
8.- Impulso de bono social: la OCU considera que hay muchos hogares que, aún teniendo derecho a solicitar el bono social para hacer frente a las facturas del consumo de luz, no lo han solicitado. Muy posiblemente sea por la falta de información a la que en el punto anterior se señalaba.
9.- Apuesta por la eficiencia energética: la transición ecológica supone precisamente esto, es decir, poner el objetivo en el cambio a otro tipo de energías renovables y sostenibles.
10.- Empoderar al consumidor: la situación de debilidad del consumidor frente a estas grandes compañías es evidente, y supone el terreno ideal para los abusos que estamos sufriendo. Generar mecanismos que protejan realmente a los consumidores, sobre todo a los hogares, es clave para evitar que las grandes emrpesas sigan actuando de esta manera.