La preparación para las oposiciones de la carrera judicial es una de las maneras que tienen algunos jueces y fiscales de llevarse un sobresueldo, que en muchos de los casos, no declaran a Hacienda.
Una cuestión que se ha vuelto a poner sobre la mesa a raíz de esta publicación de El Diario.es, pero que lleva tiempo siendo denunciada por distintas organizaciones de jueces.
Normalmente el estudiante ha de pagar en mano a su preparador una cantidad mensual que oscila entre los 100 y los 300 euros. Existen academias donde el pago se hace de manera «legal», pero en muchos casos, se buscan estas clases «particulares» que no constan en ningún lugar.
Según señala El Diario en esta primera publicación, de la que anuncia que habrá más entregas, los propios jueces consultados han reconocido abiertamente que el pago por estas clases se hace en negro, o sea, sin tributar ni dejar constancia. En algunos casos, los ingresos pueden ser de unos 4.000 euros al mes.
No deja de ser llamativo que no se produzcan inspecciones ni denuncias por esta falta de tributación, y que sean precisamente los que persiguen este tipo de conductas quienes las lleven a cabo.
Lejos de tratarse de casos aislados, es la norma generalizada. La mayoría de quienes preparan oposiciones de esta manera lo hace de forma opaca.
Algunos se excusan diciendo que no hay manera de tributar por estos ingresos. Pero no es cierto: desde asociaciones de jueces donde facilitan este tipo de preparadores, lo declaran como «rendimiento del trabajo» en la declaración de la renta. Y de esta manera, se actúa como corresponde.
Llama la atención que el Consejo General del Poder Judicial no tome medidas de control al respecto.