Las autoridades gubernamentales de Dinamarca levantan a partir de hoy las restricciones que quedaban a causa de la pandemia contra el COViD-19.
La razón, según explican, es el alto porcentaje alcanzado de la población ya vacunada.
No será necesario acreditar vacunación, ni haber pasado la enfermedad recientemente. Nada. Ni para acceder a eventos con gran afluencia de público. Todo vuelve a la normalidad.
Las mascarillas en espacios cerrados dejaron de ser obligatorias el pasado 1 de septiembre, la limitación de aforo terminó y las discotecas han vuelto a abrir como lo hacían antes de la pandemia que cambió el mundo.
El 75,7% de la población ha recibido al menos una dosis y el 73% ha completado todas las pautas.
La tasa de infecciones por cada 100.000 habitantes se sitúa, en los últimos 14 días en 192,35 puntos y la ocupación hospitalaria se mantiene en niveles moderados.
Dinamarca no estableció confinamientos durante la primera fase de la pandemia, tampoco impuso las mascarillas en espacios abiertos.
La clave de su éxito, según señalan, se encuentra en la realización masiva de test y de rastreo de contactos de personas positivas. Así es como desde el pasado mes de febrero se consiguió hacer frente a la pandemia, con una estrategia que hoy parece dar frutos.