Esperanza Aguirre está preparada para la guerra que se va a librar Génova y Sol. La batalla es ahora de dominio público, sobre todo tras las declaraciones de la ex lideresa y la consiguiente réplica del Teodoro García Egea, quien echó en cara a ésta su legado corrupto.
Con Isabel Díaz Ayuso, respaldada por Aguirre, al acecho, Pablo Casado quiere protegerse ahora de las más que posibles represalias de su antigua amiga. De hecho, se ha metido en el bolsillo a cuatro de sus ocho consejeros, los cuales secundarían una lista alternativa a la de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid.
Génova no está tranquila y ha empezado a mover los hilos. Las diferencias con la Puerta del Sol se han ensanchado en el último año y medio. El peso específico que ha logrado la presidenta de la Comunidad de Madrid en la política española es indudable y en el cuartel general del PP lo saben.
Tanto es así que Isabel Díaz Ayuso, incluso, ha adquirido una atracción mediática tal que trasciende las fronteras. Un caso opuesto al de su ‘jefe’, al que le ha comido la moral, sobre todo a nivel estatal, al ser uno de los puntales de la derecha en su cruzada contra el Gobierno de Pedro Sánchez.