La operación antidroga que se saldó ayer 25 detenciones, entre las que se encontraba toda la unidad de la Policía Nacional de Mérida especializada en estupefacientes -incluido su inspector- y dos agentes de la Guardia Civil, está investigando a los agentes por la posible comisión de más de 20 delitos.
Los agentes detenidos serán acusados por haber traficado con hachis, pero además, se dedicaban a actuar contra las bandas «de la competencia».
Los detenidos no ocultaban los ingresos que recibían fuera de su función como Policías. Según se ha señalado por fuentes de la investigación, «lo más llamativo es la impunidad con la que pensaban que actuaban. No hacían demasiados esfuerzos para ocultar sus ingresos extra», tal y como ha recogido El mundo.
De hecho, alguno de ellos llegaba a evidenciar que vivía muy por encima de las posibilidades de un agente de policía de su rango.
Aunque el asunto se encuentra bajo secreto de sumario, ha trascendido ya que los detenidos formaban parte de una red criminal que tenía como base Badajoz, en la que participaban distintas organizaciones que colaboraban entre ellas: cultivando marihuana, procesando materiales, manipulando y posteriormente distribuyéndola por la zona.
Los agentes detenidos serán puestos a disposición judicial mañana
El juzgado de instrucción número 3 de Mérida decidirá si ingresan en prisión o si quedan en libertad con cargos.
Según señala ABC, estos agentes, no solamente estarían cobrando por hacer la vista gorda desde sus puestos de trabajo, sino que también podrían haber estado informando a los narcos de las investigaciones policiales para que pudieran «protegerse».