En una entrevista realizada en Rac1, en el programa Versió al ex magistrado del Tribunal Supremo, Martín Pallin ha hecho un interesante análisis.
Destacamos las partes del análisis del magistrado de especial interés sobre el asunto de la detención de Carles Puigdemont en Italia.
«Ha sido el tribunal General de la UE, que no es el Tribunal de Justicia, que está integrado en el tribunal de justicia de Luxemburgo, cuyas resoluciones son de obligatorio cumplimiento, ante el recurso que han presentado los abogados de Puigdemont y de otros parlamentarios a los cuales se les ha levantado la inmunidad por un acuerdo del parlamento europeo, han recurrido la resolución porque consideran que la resolución contraviene las leyes europeas y son ustedes los que tienen que decidir si gozan de inmunidad o no gozan de inmunidad.
Pues bien, (apunta Martín Pallín): en ese proceso se pidieron unas medidas cautelares y el TGUE (…) dijo textualmente que «no proceden las medidas cautelares porque mientras decidimos sobre el fondo, o sea, si goza de inmunidad o está bien acordado su levantamiento, entendemos que ningún tribunal de la UE puede detenerlo y entregarlo. Por lo tanto es una condición sine qua non. Además dice que si se produjese una detención, ustedes pueden volver a pedir medidas cautelares o cautelarísimas. Es lo que han hecho y ahora veremos qué es lo que dice el TGUE«.
«La otra situación paralela es la que el propio juez Llarena, no una fuerza extraña o ajena, es el que plantea una cuestión prejudicial, ahora ya al Tribunal de Justicia, sobre la vigencia o no de las euroórdenes, si hay que renovarlas a partir de que Puigdemont fuera parlamentario, entre otras cuestiones. Es una regla de oro que cualquier juez europeo, de la UE, no puede tomar una decisión diciendo «está vigente/no está vigente» hasta que no se resuelva la cuestión prejudicial. Lo que diga el Tribunal de Justicia será lo que hay que aplicar. Por lo tanto en este momento está en suspenso.»
«Alemania ya dijo que no le entregaba por sedición porque los propios hechos probados nada tienen que ver con un delito de sedición. Pero ya se lo han dicho en Bélgica y en Alemania. Está abierto el tema de la malversación».
«Lo que pasará ahora en Italia es ahora lo importante. Yo creo que lo que se ha producido es que en el sistema informático de toda la interpol y de todos los sistemas policiales europeos, las órdenes de búsqueda y captura europea entran en una base de datos que está en todas las fronteras de todos los países. ¿Qué puede pasar? Que al entrar un ciudadano salte el aviso. Lo que ha podido pasar es que los datos nuevos no se incorporan. Quiero pensar que los policías italianos (porque de lo contrario será un problema político en Italia), actuaron como autómatas. Y lo han pasado a la autoridad judicial.»
«No creo que agoten los 60 días. Esto va a crear una crisis en Italia, porque hay un tal Salvini que es un independentista furibundo y habrá que ver cómo se comporta en el parlamento este Señor».
«La solución, mientras el Tribunal General no decida sobre la inmunidad, es prematura cualquier decisión. Si decide que no goza de inmunidad, estamos en la misma situación que ha tenido Puigdemont desde que salió de España hasta que fue nombrado parlamentario europeo».
«Lo razonable sería que en un plazo lo más rápido posible el tribunal italiano dijera que no procede pronunciarse hasta que el TGUE decida sobre la inmunidad. Si toman otra decisión, como hicieron Bélgica y Alemania y se niega a entregarlo porque ese delito no aparece en la sentencia de ninguna de las maneras, nos encontraríamos ante la misma situación que con Bélgica y Alemania. Pudieran entregarlo por malversación, pero yo he mantenido en mi libro publicado que no la hay. No ha habido malversación»
«Italia tiene un antecedente: Umberto Bossi declaró la independencia de la Padania, cosa que fue objeto de un proceso penal, mucho más estridente de lo que es convocar un referendum. Salió al balcón, enarboló la bandera y provocar una reacción más o menos violenta. Fue un antecedente interesante que puede servir de orientación y de guía».
«O la policía ha metido la pata, o la ha metido el Ministerio de Interior italiano».