Carles Puigdemont había viajado en los últimos meses a Holanda, Francia, Alemania y Suiza y en ningún caso saltó ninguna alerta internacional ni se produjo ningún incidente. La premisa barajada por el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) para no conceder las cautelarísimas fue:
«Nada permite considerar que las autoridades judiciales belgas o que las autoridades de otro Estado miembro puedan ejecutar las órdenes de detención europeas dictadas contra los diputados y entregarlos a las autoridades españolas» y eso porque al presentar cuestión prejudicial sobre las OED, como hizo Llarena, es obligatorio levantarlas.
A Italia no le salta ninguna alarma automática e informática, como se ha hecho creer en España, sino que lo conocieron por otros medios. «Que en ese avión llegaba una persona afectada por una orden de detención europea es una información que la policía de frontera había adquirido desde el día anterior bajo una actividad de monitoreo que suele estar reservada para cuestiones como estas», es la respuesta que los periodistas italianos han recibido de su autoridades policiales. Y es de una gravedad brutal.
El Deep State español
Las Cloacas en Estado puro. Los teléfonos del Director General de la Policía y del Director Adjunto Operativo, que presidían los premios de la Fundación Policía Española en Valladolid, comenzasen a arder. Los mensajes se sucedieron sin parar desde entonces, atentos a las novedades de lo que estaba ocurriendo, y ante la perspectiva de que el president de la Generalitat en el exilio iba a ser nuevamente detenido.
Al president le esperaban agentes de paisano en cuanto la aeronave descendió a l’Alguer procedente de Bruselas. El equipo de Puigdemont comprobó un amplio despliegue de policías italianos. Le estaban esperando. Puigdemont fue retetenido en el aeropuerto de Cerdeña por orden del Tribunal Supremo y una vez puesto al corriente pasaba a ser tenido, estando a la espera de pasar a disposición judicial después de pasar la noche en una prisión italiana.
A media tarde la Policía Nacional recibió un aviso importante de la oficina SIRENE (Supplementary Information Request at the National Entry), pero ha quedado demostrado que la policia española ya estaba allí y esperaban a Puigdemont. Por lo tanto no fue una alerta del Sistema de Información Schengen la que hizo saltar la señal de alarma en la policía italiana
Aunque la Moncloa afirme una y otra vez que no había policía española en el aeropuerto del Alguer cuando se detuvo al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont este jueves por la noche. Fuentes del gobierno español siguen desvinculado a las fuerzas y cuerpos de seguridad españolas de la detención que llevó a cabo la policía italiana.
Presiones de España a Francia
Sorprendentemente el Gobierno de España, presionaba a Francia por todos los medios, desde las cloacas. París sabedora de esta inquina hacia Puigdemont rehusaba pronunciarse sobre los motivos por los que el presidente catalán en el exilio no fue detenido cuando participó en actos políticos en Perpiñán y, en cambio, sí ha sido arrestado tras aterrizar el jueves en la localidad sarda de Alguer, en Italia.
Pero es que España ha interrogado a Francia por esta «supuesta diferencia de trato», la portavoz del Ministerio de Exteriores galo ha asegurado que hay «un procedimiento judicial en curso en Italia, que debe completarse en los marcos previstos a tal efecto». «No tenemos ningún comentario», ha apostillado.
El Ministerio de Justicia de Italia también aseguraba el viernes que no tiene «ningún papel» en el caso de Puigdemont y ha asegurado que está «plenamente» en manos de los tribunales, a los que compete decidir si proceden o no con la entrega a España del político independentista.
¿Implicación de Cloacas y/o Sánchez?
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pedía al expresidente catalán Carles Puigdemont, tras ser detenido que se sometiera a la acción de la Justicia y ha afirmaba que el Ejecutivo respetará y acatará lo que haga la Justicia italiana. Creía que está vez si iban a extraditarlo por fin.
No obstante y tras las protestas de los independentistas por esta detención, el presidente ha reivindicado su «compromiso con el diálogo» para superar el «trauma» de los acontecimientos de 2017. El jefe del Ejecutivo ha realizado estas declaraciones al finalizar su comparecencia en la isla de La Palma.
Antes de realizar ninguna valoración, Pedro Sánchez recordaba que Puigdemont huyó de la justicia española cuando «había otro Gobierno», en referencia al Ejecutivo de Mariano Rajoy. Comentario que parece más una excusa para culpabilizar a las Cloacas del Estado, que un comunicado de ‘diálogo’.
El juez Llarena ha intentado traer a Puigdemont a España saltándose la ley. Ha despreciado al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, violentado el derecho de defensa y maquinado con el Estado profundo.
Su afán no es juzgarlo, sino dañar al Gobierno actual.#JuecesPolíticos https://t.co/3rGp4DLU1K— Joaquín Urias (@jpurias) September 26, 2021