En Francia, la publicación del libro de Laurence Debray, Mon roi déchu (”Mi rey caído”), sigue dejando titulares en la prensa internacional sobre las confesiones de Juan Carlos I. La escritora francesa hace un repaso por la vida del rey, desde su nacimiento en el exilio en Roma, hasta su huida de España seis años después de abdicar a favor de su hijo, Felipe VI, pasando por su relación con el dictador Francisco Franco y su papel clave en el fracaso del golpe de Estado del 23-F.
Según explica Debray sobre el monarca fugado, España y el futuro de la monarquía siguen «estando en el centro de sus preocupaciones». Fuentes citadas por el diario El País hoy afirman que Juan Carlos I ha expresado repetidamente su deseo de volver a España y que el infame archivo por parte de la Fiscalía de la investigación sobre sus cuentas, “despeja el camino” para su vuelta.
La avergonzante decisión de la Fiscalía española de archivar sus ‘delitos’ es otro caso más de autentico escándalo judicial de Estado. Aunque su vuelta no será de manera inmediata y que lo más probable es que no se produzca un retorno definitivo, sino más bien algunas visitas que muestre que no hay obstáculos para que entre y salga del país cuando quiera y se vaya normalizando su presencia en España.
La biógrafa cuenta que, unos días después del encuentro que mantuvo con el monarca en su residencia de Abu Dabi, llamó a Juan Carlos I por teléfono y lo encontró impresionado por le entierro de Felipe de Inglaterra. “Fue soberbio, realmente emocionante y elegante”, afirmó el rey. “En España también se entierra bien”, lanzó la historiadora, que escuchó a continuación de boca del monarca: “El entierro de mi padre fue muy bonito. Ahora debo pensar en el mío”. Antes vendrá a cerrar sus intereses y repartir sus herencia entre la familia, y que lo que dejó atado, siga bien atado, en el Cortijo España…